Escritos sobre música





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Terra trencada y otras cosas

~ domingo, octubre 24, 2010 ~

Perdiendo el tiempo por ahí llego a este vídeo:



Y me paso la mañana —en los momentos en los que no trabajo, o acabo una canción de hace mucho tiempo o retoco la mezcla de la que grabé ayer... las mañanas de domingo dan para mucho cuando te levantas a las 8— escuchándola una y otra vez. Me parece una canción perfecta, con el único inconveniente de que tengo la sensación de haberla escuchado antes. Pero me encanta la producción, el sonido de la batería, las notas de piano sueltas, las guitarras, el pedal steel, la voz de Beth cascada con un aire de americana. Está en catalán y es como escuchar música en inglés o en portugués: entiendo fragmentos y me permiten imaginar que la letra es increíble.

Y luego, ya no sé cómo, llego al canal de Pomplamoose y me encuentro con una versión de una canción muy especial para mí:



Un día tenía que dedicarle una entrada a este Nature Boy que me he ido encontrando en sitios muy especiales a lo largo de mi vida... The biggest thing you'll ever learn is to love and be loved in return.

Y tampoco es para perderse esta versión de La vie en Rose:



¡Qué maravillas hace esta gente!

Y por la tarde, después de la comer, intentar meter la voz a otra canción y la siesta, en el blog de Iller, me encuentro este temazo de Maga y The New Raemon:



Y en los comentarios, una tal Minuet con un blog curioso enlaza esta maravilla de Mick Flannery:



Y me recuerda a la canción de la que estuve intentando meter la voz: tal vez debería bajar el tono para ver si consigo un resultado menos horrible...

No sé muy bien si los dioses son generosos, mezquinos o simplemente bromistas: generosos porque me permiten disfrutar de tantas maravillas, mezquinos porque no me permiten crearlas a mí o bromistas porque tal vez la mezcla sea sólo su forma de divertirse.

Actualización: Tengo que añadir esta de Poompla-esos:



¡Va' caretos! Quien no se anime viéndolo, que se meta directamente el ataúd y cierre desde dentro :-)

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
4:48 p. m. | Comentarios (4)

Kozmics Just Wanna Have Fun

~ domingo, octubre 17, 2010 ~

Han aparecido por ahí vídeos de Kozmics el otro día en la Calleja Ciega y creo que, a pesar de que nunca el vídeo será como estar allí, capturan un poco de lo bien que nos lo pasamos.

Aquí está el Girls Just Wanna Have Fun skatizado:



Y aquí el I Feel Good:



No me digan que no es increíble que Mayte estuviera para el arrastre. ¡Lo que hace la música cuando sale del alma!

PS: Hay más vídeos en Facebook. Pásesense por la página de Kozmics en Facebook para verlos... espero, porque no sé si será posible para todo el mundo.

Actualización: Y han aparecido más vídeos. Aquí Disparando soul:



Y aquí El saxo está borracho:

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
8:10 p. m. | Comentarios (0)

Workingman's Blues (Post-Kozmics en la Calleja Ciega)

~ viernes, octubre 15, 2010 ~

A estas horas, los señores de mediana edad deberíamos estar durmiendo. Yo estoy escuchando a Dylan.

Busco una canción con el ritmo preciso para bajarme las revoluciones. Vengo del concierto de Kozmics en la Calleja. Tuvo un final amargo (le robaron el bolso a Mayte), pero hasta entonces fue la felicidad pura: con esto soñaba cuando no era un señor de mediana edad, con estar encima de un escenario disparando música como quien dispara cohetes para una fiesta.

Me gusta darme la vuelta y ver a Gang al piano, girarme hacia el otro lado, hacerle una seña a Jandro y hacer que el blues contenido de la tortuga estalle, escuchar la guitarra de Dani, esa que últimamente tiene tan escondida mientras hace eso tan difícil que sólo los más grandes entre los grandes saben hacer de jugar para el equipo en lugar de lucirse, escuchar su guitarra, decía, por fin en un solo en el que me siento exactamente igual que si B. B. King me hubiese dejado subir a tocar con él una noche, como si fuesen sus dedos regordetos los que estiran las cuerdas de la guitarra. O del alma. Me gusta escuchar a los vientos poner los signos de puntuación a las canciones.

Y Mayte merece un párrafo aparte, porque estaba para estar de baja, metida en la cama curándose esa afección que la ha dejado hecha una piltrafa. Y si no la hubiese escuchado el otro día en el ensayo, haciendo lo imposible por que saliese su voz para que no nos perdiésemos, no podría creer que estaba enferma: de su garganta salían expulsados gritos de júbilo y de dolor de alma, no de cuerpo, sonidos que unos pocos privilegiados de los que han pisado la superficie de la tierra han podido proferir...

Y yo allí, escuchándolo todo y pudiendo decidir si subo una octava o hago una síncopa, perdiéndome porque no puedo dejar de mover el culo o de hacer un molinillo como si fuese Pete Towsend con un Jazz Bass blanco, disfrutando del sonido que nos hizo Fer, de las luces que el tío de la Calleja al que se me olvidó agradecérselo al final controlaba como si fuese un músico más.

Deshice el camino por la Y sin cruzarme casi con nadie. Los señores de mediana edad tenemos que trabajar mañana, tenemos que madrugar...

Va la tercera vez que Dylan canta "I sleep in the kitchen with the feet in the hall, / Sleep is like a temporary death". Si la suerte lo quiere, mañana resucitaré. Si la suerte lo quiere, volveré a vivir noches como esta.

No sé por qué la felicidad me da tantas ganas de morir.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
3:15 a. m. | Comentarios (0)

"Disparando", el primer EP de Kozmics

~ martes, octubre 12, 2010 ~

Ya tenemos página oficial de Kozmics. Desde ahí se puede descargar el EP en MP3. Está hecho con el máximo detalle: se incluyen las letras en el MP3, con todos sus tags bien puestos, y el archivo contiene también los elementos de la carpeta que vienen en el disco físico. El disco se distribuye con una licencia Creative Commons BY-NC-SA.

Y este jueves día 14 de octubre estaremos presentándolo en La Calleja Ciega de Oviedo. Me hace mucha ilusión tocar ahí, donde he visto a gente tan grande como Fabián, Alfredo González, César Pop o Chaouen.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
12:00 p. m. | Comentarios (0)

Quique González en el Auditorio de Oviedo

~ domingo, octubre 10, 2010 ~

Creí que de este concierto no haría crónica. Creí que iba a ser otro concierto más de la gira de Daiquiri Blues. Y por eso estuve a punto de no ir; por eso, y porque el día antes había estado viendo a Heart of Gold y necesitaba descansar. Pero una feliz incidencia me salvó: Vega e Iller me dijeron que iban a venir y había que aprovechar la oportunidad para vernos. Y si me acercaba hasta Oviedo, no ir al concierto ya sería criminal.

Compré la entrada el día antes, en segunda fila impares, penúltimo asiento. Estuve pensando en comprar en el anfiteatro, pero finalmente me decidí por butaca aunque estuviera muy esquinado: creo que fue un acierto, aparte de por poder disfrutar el concierto al lado de Vega e Iller (gracias a una pareja muy amable que me cambió el sitio, por cierto), porque después de ver el concierto de la Laboral y el de Santander desde lejos tenía la sensación de que la distancia física influía en la distancia emocional que me afectó en esas ocasiones.

Creía que iba a ser otro concierto más, empezando con Daiquiri Blues, siguiendo con Cuando estés en vena, etc. Pero Quique es muy listo: en lugar de hacer lo que ya había hecho dos veces este año en Asturias, salió él solo y empezó... ¡con Groupies eléctricas! ¡Uff! Estaba al otro extremo del escenario con respecto a nosotros, pero tan cerca como si estuviésemos en una habitación diminuta. ¡Qué canción! ¡Casi la había olvidado! Hacía mucho que no la escuchaba; es el problema de estar por ahí escondida en un disco que no escucho. Pero es casi lo mejor de Avería y Redención #7, como una obra de la que sólo tenemos un fragmento mal conservado pero así todo nos permite estar seguros de su maestría. (Vaya, parece que me repito porque acabo de recordar que ya tuve este sentimiento hace tiempo y lo dejé por escrito aquí.)

Siguió al piano y creo que la siguiente fue Rompeolas, una de las que estoy intentando yo últimamente con el teclado. Quique no estaba en su mejor momento de voz, pero daba igual porque lo importante era la desnudez, el riesgo, la verdad. Yo tenía literalmente la carne de gallina.

Luego se incorporaron Jacob con el contrabajo y Mario con el pedal steel para hacer un Permiso para aterrizar maravilloso, con el añadido del poema de García Montero, Como vuelan tus manos, del cuerpo al piano, con ese mismo invierno que hiela las canciones....

Luego Mario tomó la mandolina para interpretar Día de feria y Palomas en la quinta. Fue como volver a un tiempo que creí que no volvería, a aquellas giras post-Kamikazes con Carlos Raya y Eduardo Ortega, esa época que cimentó la leyenda. Estaba tan descolocado que cuando empezaron La ciudad del viento, ya con Tony y Julián sobre el escenario, no la reconocí: tenía la sensación de estar viendo algo que hacía años que no veía. El concierto del Palacio de Congresos de Madrid fue muy especial, pero echaba de menos este repertorio: no sé si será culpa de las canciones o culpa mía, más probablemente lo segundo, pero esos temas me emocionan más que los más recientes. Luego empezó a intercalar otros habituales de esta gira, pero dijo que Salitre 48 era un disco muy querido por la gente y también sonó Crece la hierba y la canción que da título al disco.

Lo recuerdo y tengo que volver a resoplar. ¡Uff! Las canciones de Daiquiri Blues sonaban mejor después de haber empezado así. Lo pensaba mientras disfrutaba de la que da título al disco en medio del repertorio: es como si se hubiese cambiado de época.

Y tengo que hablar en especial de Mario Raya. En la crónica del concierto del mes pasado en Gijón dije que me parecía que le faltaba rodaje. Ya está a toda máquina y el perfecto Por caminos extrechos, que en Gijón le causó problemas, lo demostró. Disfruté como un enano, con su sonido, con sus solos inspirados directamente en los del disco, con el tono de su Telecaster, de su Stratocaster, de su Alhambra acústica con slide en Te lo dije, de su pedal steel guitar y de su mandolina: todo tocado perfectamente, con muy buen gusto. Mario no está en la línea de Pedreira, sino en la de su hermano Carlos y David Gwynn. A mí me gustan los dos estilos, pero tenía ganas de volver a escuchar este más clásico.

Julián Maeso también me parece que cada vez está más integrado en la banda, llenando con el soplido de su Hammond las canciones, soltándose en algún solo incendiario de los que él sabe hacer o llevando al jazz Riesgo y altura.

De Jacob y Tony, qué decir... Perfectos. Recuerdo a Tony mirando desde un lado del escenario el principio del concierto, como un asistente más.

El público estaba muy silencioso cuando había que estarlo, pero también se lanzó más que en Gijón en los momentos movidos. Hubo peticiones y algún grito gracioso: alguien exclamó un tequiliano «Que el tiempo no te cambie» y luego algo como «En nosédónde se te quiere» y Quique, rápido, respondió: «En algunos bares más que en otros». Se le notaba disfrutando de la noche, como a toda la banda.

Hubo pequeños cambios en algunas canciones. Ahora sólo recuerdo a medias el que hizo en «Salitre» —canción que dedicó a la gente que venía de fuera—, donde no dijo «Conil de la Frontera», sino «Playa de...» algo que rimaba con niña porque un par de versos más allá cambió el «carita de pena» de Chaouen por «carita de niña».

Antes del bis el público se levantó para Vidas cruzadas y Te lo dije. Yo le decía irónicamente a Vega que ya no les quedaban canciones buenas por hacer, pero no sonó nada de Personal, no sonó Pequeño rock'n'roll, no sonó Aunque tú no lo sepas, no sonó Los desperfectos, no sonó Avión en tierra... Los bises incluyeron Riesgo y altura (Iller dice que no le gusta; en cambio a mí me parece de lo mejor del último disco, me encanta la música hecha por César Pop sobre todo), Su día libre, Pájaros mojados y La luna debajo del brazo. Luego vimos que el set-list incluía otro bis con Miss Camiseta Mojada y Hotel Los Ángeles, pero después de La luna... pusieron el Rock'n'roll All Nite de los Kiss y no nos dieron oportunidad de pedir más.

Al final del concierto tuve la ocasión de conocer a otros personajes míticos del foro, Gromit y Melómana. Yo no soy la persona más extrovertida del mundo precisamente, pero es un placer encontrarse con gente así. Cada vez que pienso que si no fuera por Iller y Vega me hubiese perdido este concierto... Gracias, de corazón.

Antes de empezar le preguntaba extrañado a Vega que si no se aburría yendo a tantos conciertos de la misma gira. A la segunda canción supe que había una razón: algunos momentos mágicos que valen por los momentos anodinos y mucho más.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
8:10 p. m. | Comentarios (9)