Escritos sobre música


Powered by Blogger

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Workingman's Blues (Post-Kozmics en la Calleja Ciega)

~ viernes, octubre 15, 2010 ~

A estas horas, los señores de mediana edad deberíamos estar durmiendo. Yo estoy escuchando a Dylan.

Busco una canción con el ritmo preciso para bajarme las revoluciones. Vengo del concierto de Kozmics en la Calleja. Tuvo un final amargo (le robaron el bolso a Mayte), pero hasta entonces fue la felicidad pura: con esto soñaba cuando no era un señor de mediana edad, con estar encima de un escenario disparando música como quien dispara cohetes para una fiesta.

Me gusta darme la vuelta y ver a Gang al piano, girarme hacia el otro lado, hacerle una seña a Jandro y hacer que el blues contenido de la tortuga estalle, escuchar la guitarra de Dani, esa que últimamente tiene tan escondida mientras hace eso tan difícil que sólo los más grandes entre los grandes saben hacer de jugar para el equipo en lugar de lucirse, escuchar su guitarra, decía, por fin en un solo en el que me siento exactamente igual que si B. B. King me hubiese dejado subir a tocar con él una noche, como si fuesen sus dedos regordetos los que estiran las cuerdas de la guitarra. O del alma. Me gusta escuchar a los vientos poner los signos de puntuación a las canciones.

Y Mayte merece un párrafo aparte, porque estaba para estar de baja, metida en la cama curándose esa afección que la ha dejado hecha una piltrafa. Y si no la hubiese escuchado el otro día en el ensayo, haciendo lo imposible por que saliese su voz para que no nos perdiésemos, no podría creer que estaba enferma: de su garganta salían expulsados gritos de júbilo y de dolor de alma, no de cuerpo, sonidos que unos pocos privilegiados de los que han pisado la superficie de la tierra han podido proferir...

Y yo allí, escuchándolo todo y pudiendo decidir si subo una octava o hago una síncopa, perdiéndome porque no puedo dejar de mover el culo o de hacer un molinillo como si fuese Pete Towsend con un Jazz Bass blanco, disfrutando del sonido que nos hizo Fer, de las luces que el tío de la Calleja al que se me olvidó agradecérselo al final controlaba como si fuese un músico más.

Deshice el camino por la Y sin cruzarme casi con nadie. Los señores de mediana edad tenemos que trabajar mañana, tenemos que madrugar...

Va la tercera vez que Dylan canta "I sleep in the kitchen with the feet in the hall, / Sleep is like a temporary death". Si la suerte lo quiere, mañana resucitaré. Si la suerte lo quiere, volveré a vivir noches como esta.

No sé por qué la felicidad me da tantas ganas de morir.

Etiquetas: , ,

Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
3:15 a. m.

Comentarios (0)

<< Home