Escritos sobre música





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Los nuevos monjes amanuenses

~ miércoles, diciembre 12, 2007 ~

(Aviso: voy a ser cínico y pedante. Sólo en este texto. Lo de cínico. Pedante lo soy por naturaleza.)

Es increíble cómo ha bajado el nivel de la educación. Ya ni siquiera los premios Nobel son capaces de entender mínimamente el mundo. Doris Lessing ha dicho en su discurso de aceptación que la cultura está fragmentada y que, por culpa de Internet, donde la gente se pierde escribiendo y leyendo inanidades, los jóvenes no saben nada del mundo. Y Quique González afirma que «Internet es el sitio más sitio más innoble donde se puede escribir ahora mismo, muy por debajo de los lavabos de los bares».

Se ahorcan con su propia cuerda: sus palabras son muestra de incultura. ¿Acaso no ha leído Doris Lessing en ningún libro que La Arcadia es un mito? ¿Acaso no sabe que un tal Sócrates despreciaba los libros porque cosificaban el pensar? Su crítica es tan absurda como la de un monje amanuense criticando la imprenta. Internet es el mejor apoyo para la cultura desde que Gutenberg tuvo su feliz idea.

Y no va en contra del buen leer, ni del buen escribir. Por supuesto Internet que está llena de inanidades. Al contrario que los libros, claro, que como todos sabemos, son en su mayoría buenos. Sólo hace falta ir al Carrefour y echar un vistazo a la lista de best-sellers: pocas obras tan llenas de cultura como "El código Da Vinci", por no hablar de las imitaciones. Y la sección más grande es siempre la dedicada a las herederas de esa auténtica maestra de la literatura que inexplicablemente todavía no ha recibido el Nobel: Corín Tellado. He oído decir que existe incluso un libro del siglo XVII, escrito por un tío que se quedó minusválido en Lepanto, en el que un cura y un barbero queman casi toda la biblioteca de un friki que se creía caballero andante. Menos mal que la conexión ADSL no se acordaba de llegar hasta aquel lugar de La Mancha, porque quién sabe lo que hubiera hecho el desgraciado. Se habría lanzado contra molinos por lo menos, y ¿qué hubiesen dicho en el departamento de energía eólica de Endesa? Y menos mal que el proceso editorial vela por que fanáticos locos no publiquen tonterías llenas de faltas de ortografía. ¿Quién sabe qué barbaridades tipográficas se hubiesen encontrado en "Mein Kampf" de no haber pasado por un buen editor? ¿Y qué dirían D'Alembert y Diderot ante algo como la Wikipedia? ¡Intentar hacer el conocimiento accesible a todo el mundo, qué vergüenza!

Lo mismo que dejar que cualquiera publique. Ya lo dice Quique González, el anonimato permite que cualquiera diga cualquier tontería. Como "Lazarillo de Tormes", por ejemplo, criticando a los esforzados trabajadores de la Santa Madre Iglesia. Eso de la libertad de expresión es una cosa mala. Nuevamente, tenían razón aquellos monjes medievales en sus cátedras de teología: no hay nada como el argumento de autoridad. Un buen nombre es lo que sirve para juzgar si hay un buen argumento. Si lo dijo Aristóteles, tiene que ser verdad.

***

Ahora en serio: Yo creo que educarse sólo con Internet es estúpido. Tanto como educarse sólo con los libros. La base de la educación la recibimos directamente de otras personas y se basa en estimular la inteligencia innata que tenemos, eso que nos distingue de otros animales. Ahora bien, para ampliar esa educación, los libros son un recurso extraordinario. E Internet, todavía más, porque tiene más cosas, y además, tiene los libros: Aquí hay más libros que en cualquier biblioteca, sin necesidad de pagar un duro, y están los grandes clásicos. Y aquí se pueden comprar los que quieras.

Yo sería más inculto si no existiese Internet. Seguro que leería más libros (en el último lustro he pasado de leer unos 40 al año a unos 20), pero sería una selección más cerrada. Internet me ha puesto en contacto con gente de más cultura y mucho más variada de lo que sería posible si no existiese este invento. Gracias a foros descubrí muchas ideas que ni los libros ni mis maestros me habían enseñado. Las mejores universidades del mundo están poniendo sus clases en Internet, como ya ha hecho el MIT.

Y cuando se critica que cualquiera pueda escribir cualquier cosa se está obviando algo fundamental: que también cualquiera puede rebatirlo, con los argumentos (o su falta) expuestos para que, luego, cada uno utilice su inteligencia y su sentido crítico para decidir la validez de lo escrito. Tomarse la afirmación de McLuhan de que el medio es el mensaje en sentido literal es de papanatas. Internet traslada la discusión, el diálogo que Sócrates alabó como la mejor forma de conocimiento, del foro de la polis griega, de los reducidos salones de las casas de un París ilustrado, al mundo entero. Por supuesto, el foro estaba lleno de sofistas y en los salones de París además de Diderot y D'Alembert estaban fatuos que sólo se arrimaban al calor de un gran nombre. Igual que la Red. Pero gracias a este invento, cualquiera puede saber que "El código Da Vinci" está lleno de errores factuales, a pesar de que el autor firme con su propio nombre y afirme que son ciertos en el prólogo.

La escritura y la lectura viven sus mejores momentos. La televisión y el teléfono fueron inventos que claramente quitaron tiempo y necesidad de escribir y leer. Internet es justo lo contrario. O da esa posibilidad. Precisamente por eso nacieron estos escritos: como ya he contado, antes de la aparición de los blogs y la popularidad de los foros a través del web, cuando Internet parecía correr el riesgo de convertirse en una nueva televisión en la que la imagen se comiese a la letra, yo empecé a escribir. Pero no fui yo sólo, claro: los foros a través del web y los blogs han demostrado que la palabra nunca perderá su importancia. Ni YouTube lo conseguirá.

Desde las cátedras es ahora más difícil dictar lo que es bueno y lo que no. El canon occidental es discutido. Estamos más expuestos que nunca a las críticas, incluso a las más estúpidas. Pero sólo alguien que desprecie a la humanidad puede despreciar Internet.

Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
12:06 a. m. | Comentarios (6)