Escritos sobre música


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Quique González en el Auditorio de Oviedo

~ domingo, octubre 10, 2010 ~

Creí que de este concierto no haría crónica. Creí que iba a ser otro concierto más de la gira de Daiquiri Blues. Y por eso estuve a punto de no ir; por eso, y porque el día antes había estado viendo a Heart of Gold y necesitaba descansar. Pero una feliz incidencia me salvó: Vega e Iller me dijeron que iban a venir y había que aprovechar la oportunidad para vernos. Y si me acercaba hasta Oviedo, no ir al concierto ya sería criminal.

Compré la entrada el día antes, en segunda fila impares, penúltimo asiento. Estuve pensando en comprar en el anfiteatro, pero finalmente me decidí por butaca aunque estuviera muy esquinado: creo que fue un acierto, aparte de por poder disfrutar el concierto al lado de Vega e Iller (gracias a una pareja muy amable que me cambió el sitio, por cierto), porque después de ver el concierto de la Laboral y el de Santander desde lejos tenía la sensación de que la distancia física influía en la distancia emocional que me afectó en esas ocasiones.

Creía que iba a ser otro concierto más, empezando con Daiquiri Blues, siguiendo con Cuando estés en vena, etc. Pero Quique es muy listo: en lugar de hacer lo que ya había hecho dos veces este año en Asturias, salió él solo y empezó... ¡con Groupies eléctricas! ¡Uff! Estaba al otro extremo del escenario con respecto a nosotros, pero tan cerca como si estuviésemos en una habitación diminuta. ¡Qué canción! ¡Casi la había olvidado! Hacía mucho que no la escuchaba; es el problema de estar por ahí escondida en un disco que no escucho. Pero es casi lo mejor de Avería y Redención #7, como una obra de la que sólo tenemos un fragmento mal conservado pero así todo nos permite estar seguros de su maestría. (Vaya, parece que me repito porque acabo de recordar que ya tuve este sentimiento hace tiempo y lo dejé por escrito aquí.)

Siguió al piano y creo que la siguiente fue Rompeolas, una de las que estoy intentando yo últimamente con el teclado. Quique no estaba en su mejor momento de voz, pero daba igual porque lo importante era la desnudez, el riesgo, la verdad. Yo tenía literalmente la carne de gallina.

Luego se incorporaron Jacob con el contrabajo y Mario con el pedal steel para hacer un Permiso para aterrizar maravilloso, con el añadido del poema de García Montero, Como vuelan tus manos, del cuerpo al piano, con ese mismo invierno que hiela las canciones....

Luego Mario tomó la mandolina para interpretar Día de feria y Palomas en la quinta. Fue como volver a un tiempo que creí que no volvería, a aquellas giras post-Kamikazes con Carlos Raya y Eduardo Ortega, esa época que cimentó la leyenda. Estaba tan descolocado que cuando empezaron La ciudad del viento, ya con Tony y Julián sobre el escenario, no la reconocí: tenía la sensación de estar viendo algo que hacía años que no veía. El concierto del Palacio de Congresos de Madrid fue muy especial, pero echaba de menos este repertorio: no sé si será culpa de las canciones o culpa mía, más probablemente lo segundo, pero esos temas me emocionan más que los más recientes. Luego empezó a intercalar otros habituales de esta gira, pero dijo que Salitre 48 era un disco muy querido por la gente y también sonó Crece la hierba y la canción que da título al disco.

Lo recuerdo y tengo que volver a resoplar. ¡Uff! Las canciones de Daiquiri Blues sonaban mejor después de haber empezado así. Lo pensaba mientras disfrutaba de la que da título al disco en medio del repertorio: es como si se hubiese cambiado de época.

Y tengo que hablar en especial de Mario Raya. En la crónica del concierto del mes pasado en Gijón dije que me parecía que le faltaba rodaje. Ya está a toda máquina y el perfecto Por caminos extrechos, que en Gijón le causó problemas, lo demostró. Disfruté como un enano, con su sonido, con sus solos inspirados directamente en los del disco, con el tono de su Telecaster, de su Stratocaster, de su Alhambra acústica con slide en Te lo dije, de su pedal steel guitar y de su mandolina: todo tocado perfectamente, con muy buen gusto. Mario no está en la línea de Pedreira, sino en la de su hermano Carlos y David Gwynn. A mí me gustan los dos estilos, pero tenía ganas de volver a escuchar este más clásico.

Julián Maeso también me parece que cada vez está más integrado en la banda, llenando con el soplido de su Hammond las canciones, soltándose en algún solo incendiario de los que él sabe hacer o llevando al jazz Riesgo y altura.

De Jacob y Tony, qué decir... Perfectos. Recuerdo a Tony mirando desde un lado del escenario el principio del concierto, como un asistente más.

El público estaba muy silencioso cuando había que estarlo, pero también se lanzó más que en Gijón en los momentos movidos. Hubo peticiones y algún grito gracioso: alguien exclamó un tequiliano «Que el tiempo no te cambie» y luego algo como «En nosédónde se te quiere» y Quique, rápido, respondió: «En algunos bares más que en otros». Se le notaba disfrutando de la noche, como a toda la banda.

Hubo pequeños cambios en algunas canciones. Ahora sólo recuerdo a medias el que hizo en «Salitre» —canción que dedicó a la gente que venía de fuera—, donde no dijo «Conil de la Frontera», sino «Playa de...» algo que rimaba con niña porque un par de versos más allá cambió el «carita de pena» de Chaouen por «carita de niña».

Antes del bis el público se levantó para Vidas cruzadas y Te lo dije. Yo le decía irónicamente a Vega que ya no les quedaban canciones buenas por hacer, pero no sonó nada de Personal, no sonó Pequeño rock'n'roll, no sonó Aunque tú no lo sepas, no sonó Los desperfectos, no sonó Avión en tierra... Los bises incluyeron Riesgo y altura (Iller dice que no le gusta; en cambio a mí me parece de lo mejor del último disco, me encanta la música hecha por César Pop sobre todo), Su día libre, Pájaros mojados y La luna debajo del brazo. Luego vimos que el set-list incluía otro bis con Miss Camiseta Mojada y Hotel Los Ángeles, pero después de La luna... pusieron el Rock'n'roll All Nite de los Kiss y no nos dieron oportunidad de pedir más.

Al final del concierto tuve la ocasión de conocer a otros personajes míticos del foro, Gromit y Melómana. Yo no soy la persona más extrovertida del mundo precisamente, pero es un placer encontrarse con gente así. Cada vez que pienso que si no fuera por Iller y Vega me hubiese perdido este concierto... Gracias, de corazón.

Antes de empezar le preguntaba extrañado a Vega que si no se aburría yendo a tantos conciertos de la misma gira. A la segunda canción supe que había una razón: algunos momentos mágicos que valen por los momentos anodinos y mucho más.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
8:10 p. m.

Comentarios (9)

Anonymous vega ~ 9:23 a. m. #

Gracias a ti. Por todo.
Por la crónica, por el pre, el durante y el post concierto.

Un beso. Hasta pronto :)

 

Blogger illeR ~ 11:20 a. m. #

El comienzo del concierto fue espectacular, que manera de hilar grandes temas uno tras otro. No me lo podía creer, me sentí un poco como en la gira décimo aniversario, y me encanto mirar hacia vosotros y veros igual de emocionados : D
Y como dice Vega gracias a ti por todo, por orientarnos en la ciudad, por el momento previo, por el durante y por supuesto por el postconcierto.
Besos

 

Blogger Nalyd ~ 6:07 p. m. #

Un placer como siempre leer tus crónicas. Yo la última vez que lo ví, fue en Coruña, en marzo creo recordar, estaba Pedreira, y la verdad es que tengo ganas de escuchar a Mario a las guitarras. Un saúdo desde Oregon.

 

Blogger Traubert ~ 7:54 p. m. #

"Te conocí en la Playa de Torimbia" ;)

Gran crónica de un gran concierto, el mejor en años.

Un saludo!

 

Anonymous Guillermo Hoardings ~ 10:54 p. m. #

Vega, Iller: No, no, gracias a vosotras :-)

Nalyd: Yo creo que Mario te va a gustar, pero eres tú el que tiene la última palabra :-)

Alfredo: Gracias por completarlo. Que conste que si hubieses teloneado tú, habría sido todavía mejor :-)

 

Anonymous Pelayo González ~ 12:40 a. m. #

¡¡Me cagon tó!!
Y yo me lo perdí precisamente porque pensaba que iba a ser un deja vu del concierto del mes pasado.

¿Nunca podré escuchar "Tarde de perros"?
No pierdo la esperanza, aunque si no la cantó con ese repertorio, jodido lo veo...

 

Anonymous Guillermo Hoardings ~ 10:49 a. m. #

Pelayo: ya sabes para la próxima :-)

 

Anonymous Gromit ~ 6:08 p. m. #

Mmm...
Curioso...
El placer fue mio por compartir con usted y el resto tan bella noche...
El concierto, bueno, un sí pero no, aunque leyendo crónicas, uno acaba siempre recordando lo bueno y olvidando lo malo...
Y...
"Se te quiere en Sarón"... Al igual que en toda Cantabria...

 

Anonymous Guillermo Hoardings ~ 7:54 p. m. #

Grommit, gracias por completar la información. Por cierto, que te van a tener que coger de guía por Oviedo: he oído que el bar al que les llevaste estuvo muy bien :-)

 

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