Escritos sobre música





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La música y lo desconocido

~ martes, agosto 28, 2018 ~

Recuerdo perfectamente la primera vez que fui a un concierto basado en canciones no publicadas: fue Juan Perro, en la Semana Negra, antes de que sacase su primer disco. Hacia el final dijo: "Gracias por escuchar estas canciones sin poder haberlas masticado primero"...

Simplemente, yo no sabía que se podía hacer eso: ya había ido a muchos conciertos antes, y los artistas tocaban canciones de sus discos. Eso me parecía lo normal: las canciones se grababan y luego se tocaban en directo, y el público ya se las sabía de memoria en los conciertos.

Ahora sé que no tiene que ser así; que, de hecho, lo normal es tocar las canciones en directo antes de grabarlas y sólo en la última centuria se produjo este proceso que yo consideraba normal.

Pero hoy pienso en eso y no puedo evitar reconocer que aunque a veces me sorprenda una canción a la primera y no haya nada como la sorpresa de encontrarse una liebre sin haber salido a cazar, querida Carmen Martín Gaite, en gran parte por lo que (me) acaban gustando las canciones es por haberlas escuchado muchas veces.

Y tal vez, como ahora casi no les doy ni segunda oportunidad, por eso no descubro nuevas canciones que añadir a mi banda sonora.

Una de las cosas que me ha hecho pensar en eso es que yendo dos veces al Sonorama y algunos otros conciertos de artistas que han tocado allí he escuchado algunas canciones repetidamente. Por ejemplo, "A cualquier otra parte" de Dorian, "Ayer" de La Habitación Roja, "Casa, ahora vivo aquí" de Iván Ferreiro o "Sí" de Bunbury . Y al final, he acabado escuchando los discos y me han gustado mucho.

"El cariño hace el roce", dicen... Pero por otra parte, cuando escucho discos y temas en directo por primera vez mucho de lo que me pasa es que me parecen todas las canciones conocidas: hay pocos recursos nuevos y, cuando los hay, me desagradan o no me enganchan. Es como si necesitase la obligación de escuchar las canciones varias veces para poder apreciarlas. Como ahora, gracias a Internet, sólo escucho lo que quiero, el milagro no se produce. Ya no escucho la radio, ya no voy a los bares.

Pienso también eso: que algunas canciones se han convertido en míticas porque se escucharon mucho. Otras no muy distintas podrían haber tenido ese privilegio y serían ellas las elegidas. No es lo único que importa, pero importa.

En fin, lo dejo porque me repito: creo que ya hace años hablé por aquí del frágil equilibrio entre la originalidad y la costumbre en la música.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
12:33 a. m. | Comentarios (0)