Escritos sobre música





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Una escucha: Lo malo que nos pasa

~ viernes, mayo 22, 2015 ~

Escucho el disco recién salido de Francisco Nixon y se me pone una sonrisa: tiene vis cómica. Aunque, no sé, esto a veces ya casi parece La Trinca.

Los ripios alcanzan cimas estratosféricas: la rima con "casa de tus padres" está sólo a la altura de la realeza (pun intended). Y ha conseguido lo que creía imposible: sorprenderme con una rima consonante con "coche".

Consigue capturar las tonterías de la vida, hablar de cosas que reconocemos. La de La Empresa es mundial. Y una música muy curiosa. La de Siempre es el cumpleaños de alguien expresa con exactitud la división entre extrovertidos e introvertidos.

Habla de lo que reconocemos pero siempre con humor: con esa voz que tiene no hay mucho lugar para los dramas. Hasta la canción para Sergio Algora, Capitán Negrito, te deja buen cuerpo. Y es preciosa.

En lo musical, es original esa recuperación sonido setentero, pero al mismo tiempo, como tantas otras cosas actuales (la recuperación del soul, por ejemplo), adolece de una falta de sorpresa que nos recuerda que los ejercicios de estilo son sólo eso: ejercicios. Por supuesto, al mezclarlo con su voz y sus letras, es otra cosa a aquello, pero...

Una cosa: no sé quién será el bajista (no entiendo cómo Spotify da menos información sobre las canciones que los discos físicos, qué desperdicio), pero hace un trabajo estupendo, en especial en Médico rural.

Qué bueno: ahora canta Ahora estás enganchado a los videojuegos / pasas tu vida en casa en tu labor de minero, y yo estoy escuchando mientras juego al Clash of Clans. Es la solución que he encontrado para escuchar música: jugar a un juego que no requiera mucha atención para poder fijarme en la música. Nunca he podido escuchar música mientras navego por Internet: no me concentro en ninguna de las dos cosas. Pero me cuesta mucho escuchar música en modo exclusivo, como hacía de joven: todavía lo hago, antes de acostarme, pero no suelo durar muchas canciones y, además, me da por escuchar las mías.

Robando cobre tiene un sonido bastante original. Sale un poco de los 70 y suena ya a principios de los 80.

Tengo que escuchar el disco más.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
12:14 a. m. | Comentarios (0)

Un refugio en tres canciones

~ viernes, mayo 08, 2015 ~

A última hora de la noche, cuando necesito llamar al sueño, vuelvo una y otra vez a un conjunto reducido de canciones. Por ejemplo, a tres de Lucinda Williams: Fruits of My Labour, Over Time y World Without Tears.

Todas pertenecen al disco que toma el título de la última. Es una cosa curiosa: creo que lo he escuchado entero, como algún otro de Lucinda, y, sin embargo, no recuerdo ninguna otra canción. Por alguna razón, me quedé anclado en esas tres y no salgo de ahí.

Son tres canciones lentas, muy similares. Todo lo domina la maravillosa voz de Lucinda, una de esas voces que suenan a amplificador de válvulas. Y es que la guitarra, precisamente, es otro elemento que me gusta mucho y encuentro que hay un amalgamiento entre los sonidos que salen del aparato fonador de Lucinda y el amplificador de quien sea que toque la guitarra; hay algo en común entre ese sonido ligeramente distorsionado, con trémolo, y la forma que toma el aire al pasar por las cuerdas vocales de Lucinda, como si las de ella también estuviesen hechas de acero.

Music to soothe the sould, música para reconfortar el alma. Esos sonidos ligeramente rotos de la voz y la guitarra, acaban siendo como unos vaqueros muy usados que son más la casa de nuestro cuerpo que nuestra propia casa.

No sé lo que me digo. He llamado al sueño y está aquí. Sólo quería compartir la belleza.

If we lived in a world without tears
How would bruises find
The face to lie upon

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
12:44 a. m. | Comentarios (0)