Escritos sobre música


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Cuando fuimos vaqueros

~ sábado, enero 08, 2022 ~

Crónica del concierto de Quique González en el Huercasa Country Festival de Riaza el 19 de julio de 2019


Esta es una crónica con retraso: en 2022 escribo de un concierto de 2019 que no he olvidado, a pesar de que hayan ocurrido muchas cosas en mi vida y en el mundo, pandemia incluida. Y es que me he dado cuenta de que faltaba aquí y es muy reseñable, por muchas razones.

Lo primero, el Huercasa Country Festival es una anomalía de las que merecen la pena: una empresa de productos vegetales de 5ª generación patrocinando un festival de música, y el festival dedicado al country en medio no del medio oeste estadounidense, sino de la meseta española, en Riaza, para más señas.

Fuimos por primera y única vez ese año: el coronavirus impidió que se volviese a celebrar. Y es una pena, porque merecía la pena verlo: el pueblo castellano, en pleno verano, lleno de gente vestida con botas vaqueras, camisas de cuadros y sombreros de vaquero. En el cartel, además de conciertos más pequeños de Badlands y Conjunto San Antonio en la Plaza Mayor y con line dancing, gente como Will Hoge, Ashley Campbell, Hayes Carll, The Long Ryders o Chuck Mead & the Grassy Knoll Boys. Pero el cabeza no era norteamericano, sino un madrileño tornado montañés, de los valles pasiegos en vez del Death Valley: Quique González.

Otro hito para recordar: nos encontramos con quiquifrikis ilustres como Vega. Ella ha tenido mucha importancia en nuestra historia, y también en estas crónicas, primas hermanas de las suyas tantos años atrás.

Así que ahí estábamos, en primera fila, cuando salió la banda, una banda que creo que sólo repitió en una mini-gira de pocos conciertos porque tenía un invitado especial: Alex "Nashville", como han rebautizado a Alex Muñoz, que tocó guitarras variadas, entre otras la pedal steel. El resto eran algunos habituales detectives, como Alejandro "Boli" Climent al bajo, Eduardo Olmedo y José María "Pepo" López, pero en los teclados estuvo Raúl Bernal, con el que Quique ya había colaborado en la gira conjunta con Lapido.

El repertorio estuvo compuesto de grandes clásicos, con muchas canciones de los primeros discos. Quique tenía un problema en la voz y cantó distinto de como lo suele hacer en los últimos años. Curiosamente, a mí me gustó, "cantando de garganta" como decía en una de las canciones de "Personal".

Disfrutamos muchísimo el concierto, que tenía parte de esa magia que había en tiempos pretéritos, cuando en lugar de los conciertos tan preparados de las últimas giras había esa sensación de ocasión especial al presentarse con una banda casi formada para la ocasión, como solía hacer en aquellas míticas presentaciones de Galileo.

Y lo mejor llegó al final: tras interpretar "Y los conserjes de noche", se acercó al borde del escenario, señaló a la mujer que me acompañaba en el concierto y me acompaña en la vida, y le lanzó la armónica. Ella no se lo creía: creía que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba allí, igual que ha estado en más de 100 conciertos desde incluso antes de aquellos Galileos, pero Quique tuvo ese detalle, muy merecido.

Al no haber escrito una crónica inmediatamente después, muchos detalles se han olvidado, pero queda ese recuerdo imborrable, la certeza de que disfrutamos el concierto muchísimo y el reconocimiento de que Quique González es uno de los artistas patrios que más ha hecho por adaptar la música Americana a nuestras latitudes.

Quedan también algunas fotos con móvil




























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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
1:41 p. m.

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