Escritos sobre música


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Saudade.txt

~ domingo, mayo 06, 2007 ~


Me dice mi hermano Dani Hoardings que escriba por aquí, pero estoy falto de ideas, así que voy a recuperar unos textos de hace unos años que no nacieron para estos «Escritos sobre música»: estaban pensados para servir de presentación de canciones.

En el 2001 empecé a tocar en un grupo con una gente que conocía. Un día subimos a un local de ensayo, yo toqué unos acordes de «Eu Sei que Vou Te Amar» y la cantante reconoció la canción. Luego coincidimos en el «Señorita» de Christina Rosenvinge, que acabamos haciendo en una versión bossa-nova que es el arreglo del que más orgulloso estoy de toda mi vida. En aquel grupo tuve la oportunidad de escoger gran parte del repertorio y estaban muchas de las canciones que por entonces más me gustaba tocar en el salón de mi casa: bossas, tangos y boleros, más algún fado que me descubrió la cantante.

En aquellos primeros días de ilusión, se me ocurrió una idea: hacer unos textos de presentación de las canciones. Aunque tocamos unas cuantas veces en directo, esos textos ni siquiera se los enseñé a los componentes del grupo. Me parecía muy pedantes. Pero me divertí escribiéndolos. Y a veces los releo y recuerdo aquellos días. Están guardados en un archivo que se llama «Saudade.txt»...



Intro para "Tomara"

Dice Vinicius de Moraes en la canción que vamos a tocar a continuación, "Tomara", que "la saudade no compensa"... Extraña afirmación en boca de Vinicius; parece más propia de un tonto economista de la escuela de Chicago, de esos que cree que todo se puede medir y que sólo merece la pena lo que es útil, o de un psicólogo conductista, uno de esos preocupados por los inputs y los outputs, de los que no valoran lo que ocurre dentro de la caja negra que es el ser humano. Porque la saudade es un proceso, el proceso de amar la tristeza. Y en ese proceso, en ese amor, como en todo amor, se hace felicidad.

Así que es extraño que Vinicius diga eso, pero en realidad esas palabras parecen reflexiones de alguien que ama la saudade, alguien que, como parte del proceso, rechaza a su amada, por miedo a quererla demasiado. La saudade no compensa, da igual: simplemente se siente o no se siente. Vinicius lo sabe y por eso esta canción se llama "Tomara", que significa "Ojalá".

Intro para "Eu Sei que Vou Te Amar"

Parece que a Vinicius de Moraes no le gustaba estar solo. Cuentan las leyendas que una de sus costumbres era invitar a sus amigos a que se metieran en la bañera con él, y así pasaba las horas charlando y bebiendo. Pero para crear hace falta la soledad.

Quién sabe cuándo estaba a solas. Tal vez al despertarse, a medio día, tras una noche de intensa amistad. Entonces encontraría esa soledad con sabor a humo, whiskey y recuerdos no muy claros. O puede que fuese al final de la fiesta, cuando todos se han ido, únicamente él y las estrellas... Lo más triste es pensar que a lo mejor la muerte es un país de soledad y que al despertarse del sueño de la muerte se haya encontrado, por fin, definitivamente solo.

Pero no sabemos lo que hacen los muertos. Tal vez en ese otro mundo él tenga más tiempo para componer. O tal vez esté mirando este mundo y se dedique a observar las piernas de las mujeres, o ese hueco que se forma entre sus pechos, los que alimentan la vida naciente que tal vez un muerto añore; también cabe la posibilidad de que busque música y entre en los cafés, como este, en los que hay cuatro músicos, cuatro instrumentos, y una lista de canciones. Quién sabe si ahora mismo no está en un local como este, escuchando la música acodado fantasmalmente en la barra y mirando de reojo de vez en cuando hacia las botellas de whiskey que reposan en las estanterías.

No sabemos donde está Vinicius de Moraes, pero sí que él escribió esta canción...

Intro para "Samba en Preludio"

Recuerdo perfectamente los días en los que estaba sacando esta canción que vamos a tocar ahora, "Samba em Preludio", de Vinicius de Moraes y Baden Powel: era la última semana del 2001, entre Navidad y Nochevieja. Lo recuerdo porque a la vez que estaba esforzándome por aprender estos acordes novena, aumentados, disminuidos, sextas... estaba leyendo la última novela de Belén Gopegui, "Lo real", y disfrutaba de su terrible lucidez cuando decía que nadie nos necesita, que basta con alguien como nosotros. Nuestros jefes, nuestros padres, nuestra pareja o nuestro amante, nuestro tendero y también nuestros amigos no nos necesitan a nosotros, sólo a alguien como nosotros... Eso decía Belén Gopegui a través de sus personajes inteligentes que saben que todo amor es una ilusión, la ilusión de que somos únicos, únicos para la otra persona y únicos los dos como pareja, al margen de las leyes y las rutinas de la sociedad. Y a la vez yo también disfrutaba, contradictoriamente, de esta canción que dice: "Tus brazos precisan de los míos, mis brazos precisan de los tuyos"... y es hermosa esa mentira que quien canta se cree y quien escucha no puede dejar de creer tampoco. Sí, me gusta Belén Gopegui, pero yo, "a conciencia pura", a veces prefiero la ilusión. Aunque ustedes no nos necesiten a nosotros, sólo a alguien como nosotros, y aunque nosotros no les necesitemos a ustedes, prefiero pensar que ustedes y nosotros vamos a disfrutar de esta canción como si no hubiera otros.

[Y después de tocar "Samba en Preludio", vendría esta presentación:]

Los personajes de Belén Gopegui no creen en el amor ni en la poesía... hasta que llega la muerte, y entonces uno de ellos dice: "Y juro que mi robo fue mi único adulterio y, sin embargo, juro que en mi vida muchas veces quise cometer otros, juro que seduje, que me dejé seducir, juro que yo también quise tocar con las manos la unión que tan ilusoriamente nos transforma y el besarnos ahora, y el sentir excitados nuestros cuerpos. Juro que quise, juro que nadie está libre del deseo de que alguien se lo lleve y no sea la muerte sino unos labios que habrían de engañarnos al decir: Estamos lejos de las mil sujeciones diarias".

De muerte por una ilusión habla la siguiente canción, "Lágrima", de Amalia Rodrigues, que dice: "Si yo supiera que muriendo tu ibas a llorar por mí, por una lágrima... por una lágrima tuya, me dejaría morir". Amalia Rodrigues fue al fado lo que Camarón al flamenco: mientras vivió, pareció que todo el resto casi no existía; al morir, significó un revulsivo para un renacimiento de su género: ambos tuvieron que vivir y tuvieron que morir para alcanzar su mayor importancia. Y es que la muerte está muy presente, tanto en el flamenco, como en el fado. "Lágrima"...

Presentación para un bol-ero, "Me muero", de Olga Guillot

El sexo ha llegado a este siglo en una forma a la vez explícita y estúpida. Lo usan para vender. Llena los carteles y las televisiones, y en las revistas psicólogos, sexólogos y pseudo-psicólogos y pseudo-sexólogos lo abordan desde perspectivas cientificistas y ramplones consejos sin gracia; si nos fiáramos de las revistas, parecería que todo es sexo. A todas horas nos aturden y, como en las vanas discusiones políticas de las tertulias, en realidad detrás no hay nada.

En la música ahora es igual. ¿Dónde hay alguien capaz de transmitir un ápice de erotismo en una canción? Desde las edulcoradas melodías para adolescentes rosadas hasta las burdas bromas de los grupos supuestamente graciosos, pasando por los movimientos de caderas desconectados del deseo de la última muñeca prefrabicada por la industria de la música, todo es basura.

Cuando escuché por primera vez a Olga Guillot interpretando esta canción que ahora vamos a tocar, ya desde el principio me capturó. Esto sí, señores, esto sí contiene erotismo e intensidad...

Para "Balada para un loco"

La siguiente canción se podría haber titulado "Balada para Guillermo", pero su autor decidió llamarla "Balada para un loco"... Su autor (el autor de la letra, porque la música es del gran Astor Piazzola) es Horacio Ferrer, que es el presidente actual de la Academia del Tango... Qué gran cosa esos géneros musicales que tienen una Academia, como también el flamenco, que tiene su Academia del Cante. A mí me gustaría ser presidente de una de estas instituciones, pero sólo lo habría podido ser en mi juventud de una hipotética Academia del Heavy Metal... Qué cosas, ¡y ahora tocando esta música! Hay que estar muy "piantao", es decir, loco, loco, loco...

Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
10:49 p. m.

Comentarios (7)

Anonymous Anónimo ~ 11:50 p. m. #

Me estoy acordando de que en aquel primer ensayo hubo otro encuentro curioso entre la cantante y yo: después de coincidir en el «Eu Sei que Vou Te Amar», que yo conocía en una versión de Caetano Veloso, coincidimos en «Porque así tenía que ser», que yo conocía en la versión de La Lupe y ella, como el «Eu Sei...», del disco de La Fusa, una maravilla que me descubrió a mí y que se ha convertido desde entonces en uno de los mis discos favoritos, o mejor dicho, de mis obra de arte favoritas.

 

Anonymous Anónimo ~ 12:50 a. m. #

me gusta mucho esa palabra. saudade. es muy bonita. suena muy bien. señorita en bossa?? yo quiero oirla yo quiero oirla!!!!!!

creo que deberías haberles enseñado los textos a tus compañeros... y me alegro d q nos los enseñes a nosotros. Y no voy a decir nada más porque estoy harta d la dichosa "atención selectiva".

Bueno, voy a decir otra cosa: hay ahora alguna que otra canción que transmite erotismo... no sé si tanto como la de la Guillot, pero las hay... No seamos negativos!!

 

Anonymous Anónimo ~ 9:58 p. m. #

Gracias por escribir Guille

Con tu texto aprendi cosas de musica muy curiosas e interesantes,bueno siempre que hablo contigo de musica aprendo algo,eh de decir que mi hermano es un musicologo en potencia

salud

 

Anonymous Anónimo ~ 10:54 p. m. #

Vega: "Señorita" en bossa tenía unos acordes muy guapos (aunque esté mal que lo diga yo) pero en la interpretación la estropeábamos.

Sobre los textos, hay muchas reiteraciones que estorban y que están ahí porque no he sabido quitarlas. Además, tienen una suficiencia que no me convence (y eso que no he puesto los que hice a modo de manifiesto). Por ejemplo, lo que comentas del erotismo: lo digo como si yo conociese toda la música que se hace ahora, y no, claro...

Pero ilústrame: ¿Qué canción hay que evoque tanto como eso de "Por acariciar / tu piel asoleada / me muero, / me muero"? :-)

Dani: Lo que aprendes se llaman battalitas ;-) ¡Lo que sabrás tú cuando tengas mis años...! No, espera, ¡lo que sabes ya! Todavía recuerdo cuando escribí este texto, a las dos semanas de conocerte, por cómo me sorprendió lo que dominabas Leño y alrededores :-)

 

Anonymous Anónimo ~ 9:42 a. m. #

ay!! de verdad, q manía. seguro que no lo estropeábais. me hubiera gustado poder juzgar por mi misma...

yo no creo que haya suficiencia, se supone que era una forma de presentar canciones. esas cosas o se hacen así o no se hacen. no te vas a subir al escenario y decir "Vinicius de Moraes dice esto y a nosotros nos parece, pero vamos que es una opinión personal, que es más propia de un tonto economista de la escuela de chicago, y si hay algún economista de la escuela de chicago escuchándonos que nos disculpe, pero vamos, que es solo una opinión más y habrá gente a la que los economistas de la escuela de chicago les parezcan listísimos..."
Así que no veo suficiencia. Y respecto a las redundancias, quizá tus compañeros podrían haberte ayudado a quitarlas o a asumirlas como un recurso más...

Ilústrame, dice. Qué guasa!! Vamos a ver si podemos hacer algo.
Voy a elegir algo obvio (obvio en mi). Así, sin pensar demasiado. Y teniendo en cuenta solo la letra:
“y sin mediar palabra tú ,queriendo sentir mi peso, me entregabas un alud de humedades y de besos. Y rodaba por las dunas con un ser de las alturas...” Ruibal, claro "cuando un ángel se desnuda"

a mi me parece bastante evocador... pero claro quizá “evocador” sea un adjetivo totalmente subjetivo...

 

Anonymous Anónimo ~ 11:40 p. m. #

Está mucho más gracioso el texto como tú lo cuentas :-)

Hoy estuve escuchando el principio de "El séptimo vicio" (el programa de cine de Radio 3) y salió el tío metiéndose con los políticos alegremente; no me gustó. No era el sitio, ni el momento, ni la forma. A mí no me gustan los economistas de la Escuela de Chicago ni los psicólogos conductistas, pero no quiero recurrir a la descalificación gratuita ni en una presentación de canción.

Tendré que escuchar lo de Ruibal, pero a mí su voz no me evoca tanto como la de Olga :-)

 

Anonymous Anónimo ~ 10:58 a. m. #

bien, yo dejé aquí un comentario hace días, o eso pensaba yo...
decía algo como:
siendo yo una persona suficiente quizá tengo un elevado umbral de tolerancia a eso, no sé, no escuché el programa de cine ese e incluso hay cosas que, no viniendo a cuento, se pueden decir mejor y peor... vamos, que sigo sin pensar que haya suficiencia en los textos.

y respecto a Olga vs. Ruibal... no me cambies las normas que hablábamos de canciones, no de voces... y yo decía que todavía quedan canciones evocadoras...

fin del mensaje rehecho. creo que era la idea! (más vale tarde que nunca)

 

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