El tahúr avezado
~ domingo, noviembre 09, 2008 ~
Hay cosas que han cambiado mucho. Por ejemplo, en aquel lejano-cercano 2001 de su primer concierto en Gijón, no había colas ni fans. En esta ocasión la cola estaba asegurada. Así que, aunque el concierto estaba anunciado para las diez y la apertura de puertas para las 9.30, fuimos a las 8.25. No había todavía nadie y caían gotas de vez en cuando, así que nos largamos a tomar algo. Cuando volvimos a eso de las 9, ya había unas 50 personas en línea. La espera finalmente no fue mucha porque abrieron antes de lo anunciado, pero luego, entre el guardarropa y la tienda de camisetas (como siempre hay gente a quien le interesa, informo: hay unas camisetas nuevas, tipo futbolista, en el pecho ponen un pequeño escudo celebrando los diez años y en la espalda un diez y el nombre de Quique González) acabamos en la cuarta fila.
Unos cinco minutos después de la hora anunciada apareció la banda, comenzando por el final: "Vidas cruzadas", que solía cerrar en la gira anterior. Luego siguieron (puedo equivocarme en el orden, cito de memoria) "Suave es la noche", "Caminando en círculos" y "Me agarraste", un principio muy cañero, sin concesiones para las lentas. "Caminando en círculos" fue una sorpresa (no recuerdo haberla escuchado con esta banda), pero mayor fue todavía "Palomas en la Quinta", obviamente con un sonido muy distinto al de "Kamikazes enamorados", con Quique tirando de armónica pero la guitarra de Pedreira llevando la canción por rutas más rockeras.
El repertorio incluyó más canciones movidas que medios tiempos: "El campeón", "Pájaros mojados" (creo que no la había escuchado en los últimos conciertos), "Hotel Los Ángeles" (con Quique en los teclados), "Avería y redención", "Miss camiseta mojada", "Hay partida"... y las de los bises que comentaré más adelante. Las bajadas de revoluciones correspondieron, en primer lugar, a un sorprendente "Rompeolas" que hacía mucho tiempo que no escuchaba con Quique en el piano y que fue un momento muy emocionante, "Nos invaden los rusos" (con un final mucho más contenido que en el disco), "La luna debajo del brazo" (el tahúr avezado hizo trampa y se sacó un as de la manga), "Pequeño rock'n'roll" (sin teclado)...
Algunos momentos que me gustaría destacar (voy a tirar de lista, que hoy no estoy inspirado para la narración):
- "Se nos iba la vida": La toca con cierta frecuencia en Gijón (siempre hay alguien que se la pide con mucha insistencia) y suele ser un momento emocionante. Otras veces la hace él solo y no está muy preparada. No fue el caso de esta noche: se incorporó toda la banda. Pero lo más emocionante fue escuchar al público cantarla.
- "Crece la hierba": Tuvo dos cambios de letra. Dijo: "ruido de guitarras abiertas" y "la cita a ciegas en El Molinón".
- Otros cambios de letra fueron una de las estrofas de "Me agarraste" (no recuerdo cómo fue, pero parecía un cambio definitivo en la letra, no algo ad hoc para el concierto) y algo así como "Estamos empezando gira en Gijón" en la parte de "Siete campanas de redención" de "Te lo dije". Y en alguna canción dijo algo de "el casino", pero no recuerdo en cuál.
No recuerdo tampoco con qué canción se despidieron. Sí sé que en los bises sonaron hasta tres canciones de "Personal" (dedicadas a los que estábamos desde el principio): "Y los conserjes de noche", "Personal" y "Cuando éramos Reyes", creo que todas dentro del primer bis. En esta última, Quique cantó un fragmento de "Frío", el clásico de Alarma! El segundo bis empezó con un "Calles de Madrid" al piano que no interpretaba en Gijón desde hacía mucho, seguido por un "Salitre" (versión tradicional) y "La ciudad del viento".
Con eso se acaba el concierto en teoría. Pero el público no les dejó irse. Creo que hay que mencionar que, al menos desde donde yo lo vivía, se notaba una pasión enorme entre el respetable: en muchos momentos surgían ovaciones a mitad de canción y se corearon letras enteras. Había peleas al final por tocar a Quique y por conseguir una de sus púas (y yo, que lo veía desde lejos, acabé con una que cayó entre mis pies). Así que, después de un pequeño consejo sobre el escenario, la banda decidió ofrecernos un extra: "Te lo dije", y Quique tuvo que buscar una púa porque había acabado con todas.
El concierto, como se puede observar por el repertorio, fue casi un "grandes éxitos", tirando de muchas canciones que fueron singles o que eran de las más conocidas de sus discos respectivos. De hecho, tuve la sensación de que había gente entre el público que desconocía canciones antiguas que ni fueron single, ni suelen sonar en los conciertos, ni aparecieron en "Ajuste de cuentas", como por ejemplo "Por caminos estrechos". Fue un repertorio muy equilibrado entre las obras de estos últimos diez años y no entiendo a la gente que dice que parece otro concierto más de la gira de "Avería y redención #7": si en aquella hacía diez canciones o más del disco homónimo, en esta sólo tocó tres. Quique tiene tantas canciones buenas, que aunque toque dos horas y media (que ya es tocar), siempre quedan muchas en el tintero, auténticos clásicos del calibre de "Polvo en el aire" o "73" o "39 grados", por no hablar de canciones menos conocidas pero que a uno o a otro seguidor nos haría mucha ilusión que tocase. Así que yo no me quejo del repertorio, pero sí quiero hacer notar una ausencia que me extraña porque yo creo que es una canción que siempre debe tener un lugar especial en la carrera del madrileño y que debería estar en una gira como esta: "Aunque tú no lo sepas". A mí no me suele gustar cuando la hace con banda, y en esta gira de vocación rockera ciertamente no encaja, pero así todo...
Sobre los músicos, lo primero que hay que destacar es que Jacob sigue profundizando en su propia forma de construir los bajos, influenciado por John Paul Jones (él mismo me comentó después que acerté con mi intuición de la crónica anterior: el de los Zeppellin es su bajista favorito), una manera muy libre de interpretar el rock. Eso sí, hubo sólo un momento que no me gustó: el bajo sincopado en "Cuando éramos reyes" le hacía perder parte de la fuerza. Ya sé que el arreglo tradicional es tópico, pero a veces no hay que complicarse la vida cuando algo está hecho para ser de una manera determinada. De todas formas es un detalle: creo que Jacob debería convertirse en un bajista de referencia para los que nos dedicamos a esto en el rock patrio porque tiene algo muy difícil de conseguir: una personalidad propia.
Pedreira fue el que más me sorprendió: tocó de forma mucho más contenida de lo que suele hacerlo, como acercándose al estilo de Carlos Raya. En "Personal" sacó un slide. Y me gustó mucho en uno de los pocos momentos en los que se desmadró: el solo final de "En el backstage". En general lo vi muy equilibrado, como todo el grupo en conjunto.
Karlos, en su línea, tocando con intensidad y los dientes apretados. Sigue teniendo algo que no me gusta (esos redobles in crescendo demasiado frecuentes, por ejemplo), pero de gustos no se discute...
Como es habitual, esto hace tiempo que es demasiado largo. Hoy, además, no estoy muy inspirado y tal vez leyendo todos los detalles que intento reconstruir no se capte lo fundamental: para mí ha sido uno de los mejores conciertos que he visto de Quique. Me gustó el repertorio, me gustó el público, me pareció el mejor sonido que ha tenido nunca (se escuchaba absolutamente todo, excepto en algún momento el piano, e ¡incluso estaba a un volumen razonable!) y esta vez no tuve que echar de menos a quien más me apetecía que estuviese conmigo.
A estas alturas, la música de Quique ya no es para mí una pasión: es una parte de mi vida.
Actualización
Me acabo de acordar de que tengo fotos, aunque con muy mala calidad como corresponde a cámaras malas en malas condiciones de luz.
En primer lugar, el aspecto del escenario antes de que se subiesen los protagonistas:
Se puede apreciar el material: batería Perl, un ampli que creo que es Green (como el Orange pero en verde) para Pedreira y un Vox para Quique, y un Ampeg para Jacob.
Quique con una Rickenbacker que no me importaría tener a mí:
Quique con la acústica:
Pedreira con una guitarra que parece de luthier:
Jacob dándolo todo:
En esta foto se puede ver la ovación que recibió el grupo y que realmente sudan la camiseta (camisa en este caso):
Y así quedó la sala cuando la música terminó:
Etiquetas: Crónicas conciertos, Quique González
Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
7:02 p. m.