Escritos sobre música


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El cielo manda avisos en forma de canción

~ domingo, noviembre 23, 2014 ~


Crónica del concierto de Quique González y José Ignacio Lapido en la sala La Riviera de Madrid el 22 de noviembre de 2014


Por una vez, voy a ser breve, porque en este concierto no hubo, con respecto al que reseñé del Niemeyer, diferencias en lo básico: músicos, instrumentos o repertorio (la única modificación en este aspecto: la canción que Quique cantó en solitario fue Backliners, dedicada a uno de sus técnicos, que estaba de cumpleaños); tendría que hablar de camisas (brutal la de confederado de Víctor) y no tengo el talento de Eugenia de la Torriente para hablar de moda y hacer literatura.

Dos fueron los cambios fundamentales con respecto al concierto del mes pasado: la sala y que llevan más conciertos juntos.

El cambio de sala tiene a su vez dos consecuencias (con tanta división y subdivisión, esto ya parece un tratado escolástico): la acústica y la disposición del público. Con respecto a la primera, lógicamente no fue tan perfecta como la de un teatro, pero tuvo una gran calidad y nos permitió disfrutar de las palabras en las que brillan los dos protagonistas y de las filigranas de sus escuderos. Para tener otra perspectiva, esta vez nos situamos en frente de Pepo y pudimos escucharle bien, sin perder la guitarra de Víctor al otro extremo. En nuestro lado a veces es escuchaba algo bajo a Lapido, pero en otras posiciones nos contaros que a veces se escuchaba poco a Quique, así que atribuyo el problema a la sala.

Los conciertos que han realizado en el mes y pico que han pasado desde Avilés han hecho que la compenetración, ya alta entonces, crezca más. Se les nota más sueltos. Un detalle que añadieron en Vidas cruzadas: cediendo el protagonismo primero a Víctor y luego a Pepo.

En la crónica del concierto del Niemeyer dije que esta era una gira para ver en sala y no en teatro. Tras comprobarlo empíricamente, me reafirmo: se disfruta más si puedes bailar siguiendo el contratiempo del charles en Cuando por fin o si puedes gritar hasta quedarte afónico en Hotel Los Ángeles. Me parece que no fui yo sólo, sino que todo el público (entradas agotadas) disfrutó del espectáculo. Hablando con los amigos, ya veteranos de muchos conciertos, con los que tuve el placer de encontrarme de nuevo, parece que estaban de acuerdo.

Espero que esta gira llegue más allá, que haya introducido en el mundo de Lapido a más gente y que haga que Quique escriba mejores canciones. Porque si tiene que haber profetas, que el cielo nos mande los avisos en forma de canciones así.

***

Dejo unas malas fotos de móvil a modo de testimonio.

Despliegue de guitarras: Víctor con una Danelectro de 12 cuerdas, Quique y Lapido con sus Gibson acústicas  y Pepo con una Gretsch

Me hizo gracia la postura de Víctor

Quique presentando a los técnicos

Quique tocando en solitario Backliners

Lapido con Víctor y Rubén haciendo En el ángulo muerto

¡Guitarras arriba!

Cambio de  posiciones y todos mirando a Víctor en Vidas cruzadas

Ahora, todos mirando a Pepo

Lapido y Quique disfrutando

Muy mal enfoque, pero es una prueba de que Víctor puede levitar


Despedida. Las luces hacen que la banda parezca una película proyectada

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
11:52 a. m.

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