Escritos sobre música


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Sonorama 2022. Día 5

~ martes, agosto 16, 2022 ~

Este año el Sonorama se alargó un día más y nos pilló por sorpresa: tuvimos que buscarnos un alojamiento y lo más razonable que encontramos estaba en Burgos. Quizás por eso llegamos tarde al primer concierto que quería ver: La Frontera. Hace unos años los había visto por casualidad y me habían impresionado. Yo creía que era un grupo de Los 40 y descubrí que eran un grupo de rock americano muy solvente. Además, creía que sólo conocía un par de canciones y resulta que eran muchas más: además de "Pobre tahúr" y "En el límite" estaban "Juan Antonio Cortés", "Judas el miserable" o "Si el whiskey no te arruina, las mujeres lo harán". Esta vez me decepcionaron un poco: me pareció que Javier Andreu estaba en peor forma y a veces parecía que farfullaba. Pero otras veces su poderosa voz sonaba atronadora y hacía justicia a ese repertorio tan potente. Toda la banda sonaba muy bien, pero destacaba el guitarrista.



Luego vimos un poco de lejos a Fuel Fandango, a los que no conocía. No me atrajeron mucho, aunque parecían originales. Después fue el turno de Daniel Fernández, al que tampoco conocía. Lo estuve escuchando sentado al fondo: mi espalda no daba para más. Me pareció que lo hacía bien pero era muy estándar.

A continuación tocó Loquillo. Me gustaba mucho en la época de "A por ellos que son pocos y cobardes" y le he visto varias veces a lo largo de los años, pero últimamente su chulería a lo John Wayne (del que, por cierto, he estado leyendo estos días lo mala persona que era) me echa para atrás. Vi el principio del concierto, que empezó con canciones nuevas, incluyendo ese "El último clásico" que sigue esa línea de autobombo que tanto me repatea. Por supuesto, la banda era excelente y luego atacó los grandes éxitos, pero para entonces nosotros ya nos habíamos movido al otro escenario principal para coger un buen sitio para ver a Dorian.




Se nota que son uno de los grupos del festival, autores de uno de sus himnos oficiosos, "A cualquier otra parte". Dieron un buen concierto, aunque los graves molestaban y me pregunto hasta qué punto lanzan secuencias. En cualquier caso, lo pasamos muy bien cantando y bailando. Por cierto, el batería me pareció impresionante: tocaba con la precisión de una máquina pero siendo una persona.

Volvimos a cambiar de escenario y ya nos tuvimos que situar muy lejos para ver a La casa azul. Tampoco es un grupo que conozca, aunque ya los había visto en directo en el Gijón Sound Festival hace unos años. También me pregunté cuánto era pregrabado. La gente disfrutó de las canciones, pero a mí se he hacían todas muy parecidas: de hecho, cada vez que empezaba una creía que era la única que conozco un poco más, "La revolución sexual", que, cuando llegó por fin, fue el momento más intenso del concierto.



Y así acabó para nosotros este Sonorama, distinto por ser el primer festival "normal" tras la pandemia. También, el primero que decidimos no ir al pueblo: el cuerpo no nos aguanta tanto y, por otra parte, los conciertos más interesantes, que son los de la Plaza del Trigo, no se pueden ver por lo masificados que están.

Si podemos, volveremos el año que viene.

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Por Guillermo Hoardings | Enlace permanente
4:24 p. m.

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